Si hacías trampas al Monopoly y a la vez piensas que con un libro de cuentas público y transparente no las hubieras hecho o te hubieran pillado enseguida, ¡¡¡Enhorabuena!!! Ya sabes cómo se ataja la corrupción.
Recientemente, tomando un café con unos amigos, salio el tema de la corrupción, como no, y me vino a la cabeza algo que podría explicar bastante bien en qué consiste la corrupción, las posibles causas y como poner remedio a esta lacra. El juego del Monopoly puede explicarlo.
Todos hemos jugado en alguna ocasión al Monopoly y quizá algunos hemos hecho alguna tampa que otra. La trampa más típica suele ser la de sisar o robar directamente billetes de la banca.
Uno de los momentos más propicios para cometer fraude a la banca en el Monopoly, suele ser cuando hay una posibilidad de inversión o un pago inminente al cual no se puede hacer frente. El problema que ocurre más de una vez, es que nuestro/a amigo/a, que está encargado de la banca en ese momento, es quien nos favorece pagando dinero de más por las casas que estamos vendiendo, devolviendonos dinero extra, etc., es decir, nos corrompen y nos dejamos corromper. Esto es sin duda lo que pasa tantas veces en la política y en la empresa, favores, devolución de favores, enriquecimiento ilícito y expolio del patrimonio común.
Ahora imaginemos qué pasaría si, al caer en la casilla de caja de comunidad, levantáramos una tarjeta que pusiera:
Caja de comunidad
¡AUDITORÍA!
Ha sido denunciado por otro jugador y tendrá que realizar una auditoría de sus cuentas, contrastar sus movimientos de dinero con sus operaciones registradas en los libros de cuentas de la banca y del resto de jugadores.
Si tiene dinero de más, deberá devolverlo a la banca y pagar una multa equivalente al dinero defraudado.
Para ello, lógicamente debería existir un libro de cuentas, en papel o electrónico, de la banca y otro de cada jugador y registrarse cada operación y transferencia de dinero en estos libros. Si los libros fueran públicos y revisables, las posibilidades de fraude serían casi nulas.
Espero que a estas alturas del post, hayas sacado la misma conclusión que yo:
La transparencia ayuda mucho a evitar la corrupción.
En estos momentos, me hallo colaborando con algún que otro portal de transparencia y lo hago plenamente convencido de la importancia de estos portales, siempre que estén correctamente gestionados.
Siempre me acordaré de una entrevista a un noruego en el programa de televisión Salvados, en la que este señor decía que un noruego es tan corrupto como un español, la diferencia es que en Noruega ponen mecanismos de control y transparencia para que nadie meta la mano en la caja, y si alguien lo hace, se detecte enseguida.
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