¿Es realmente necesario buscar uno o unos pocos idiomas oficiales para la Unión Europea?

Contestando a la primera pregunta que planteé en mi anterior post "Una lengua común para la Unión Europea"



Antes que nada, recordar qué reducir el número de idiomas oficiales en la Unión Europea, no equivale a eliminar idiomas. Recuerdo a mis lectores, que en España coexisten varias lenguas en su territorio, una oficial de todo el territorio y otras cooficiales en diferentes comunidades autónomas, y lo cierto es que la mayoría gozan de muy buena salud, es más, algunas al resurgido tras la constitución de 1978 y la creación de los estatutos de autonomía.


Creo que por temas presupuestarios, sí que resulta interesante reducir el número de idiomas oficiales de la unión europea, la cuestión es como hacerlo y a cuantos idiomas reducirlo. Como siempre, trataré de dar respuesta a problemas comunes desde la inteligencia colectiva y por tanto haciendo uso de la democracia.

Aparte de los motivos presupuestarios, hay otros, sociales, de convivencia y cohesión que también podrían ser interesantes a la hora de decidirse por reducir en número de idiomas oficiales.

En mi anterior post, en uno de los comentarios, alguien hizo referencia a la falta de democracia dentro de la Unión Europea. Desde luego ausencia de democracia no hay en la UE, pero tampoco es que rebosemos de ella, la verdad, por lo que antes de plantearnos recurrir a la inteligencia colectiva, también habrá que abordar algún capítulo sobre democracia, en especial en lo que se refiere a la Unión Europea.

Volviendo al tema que nos ocupa,


¿Cómo reducir el número de idiomas oficiales de la Unión Europea?


Creo que no se puede cambiar de un sistema de 24 idiomas a uno de un solo idioma de la noche a la mañana, por lo que es evidente de que este cambio debería ser, ante todo, progresivo.

La elección progresiva y alargada en un tiempo de veinte años más o menos, podría facilitar el que los gobiernos y ciudadanos pudiera preveer los cambios que se van a producir e ir tomando medidas planificadas sobre educación y aprendizaje de idiomas.

Tampoco se puede tomar la decisión de reducir todos los idiomas a uno, dos, tres o los que sea, así de repente.

El sistema de toma de decisiones debería ser, como en cualquier proceso democrático, presentado, debatido, expuesto y votado, por lo que aquí solo me limitaré a dar una propuesta que no tiene por que ser la única ni la más acertada.

Selección por eliminación


Dado que la eliminación de idiomas oficiales ha de ser algo progresivo, lo que determinará la decisión, no será qué idioma ha obtenido más votos sino todo lo contrario, ya que se trata de eliminar, no de elegir.

Las veces que he debatido sobre este tema, suelo oír comentario al respecto de si cada uno votaríamos por nuestro propio idioma, por lo que la votación acabaría convirtiéndose en una dictadura de la mayoría, es por ello por lo que creo que en cada votación no debería votarse sólo por un solo idioma sino por varios.

La finalidad de la votación, aunque sea por eliminación, consiste en quedarse con uno o unos pocos idiomas oficiales, por lo que saber cuales son los requisitos deseables de un idioma común es una tarea fundamental antes de ir a votar, pero hay algo inevitable, y es que egoistamente, todos tendemos a votar motivados por una serie de sentimientos de cercanía o afinidad que son casi inevitables, pero que en este caso pueden ser deseables y ayudar a tomar una decisión acertada. Alguno de esos criterios que podrían decantar el sentido del voto de un ciudadano podrían ser:

  • El idioma que mejor conozco
  • El segundo idioma que mejor conozco
  • El idioma que más fácil me resultaría de aprender en caso de necesidad
  • El idioma que más práctico me resultaría aprender en caso de necesidad
  • El idioma o segundo idioma que mejor conocen mis familiares y/o amigos cercanos
  • El idioma con el que considero que podría comunicarme mejor con el resto de europeos
  • Un nuevo idioma común digno de potenciar

Por este motivo, que puede haber más de un criterio a la hora de decidirse por uno o varios idiomas oficiales, es por el que en una misma papeleta debería poder votarse por más de un idioma.

Aprovechando la papeleta, también se podría hacer una encuesta que, una vez hecha pública, podría ayudar a orientar mucho mejor el sentido de próximas votaciones y orientar el sistema de elección de un idioma común, pero además, ayudaría a concienciar a los ciudadanos a reflexionar mejor sobre su voto.

Propuesta de encuesta:
  • ¿Cuál es su lengua materna?
  • ¿Cuál es el idioma que mejor habla, escribe y entiende?
  • ¿Cuál  es el segundo idioma que mejor habla, escribe y entiende?
  • ¿Cuál cree que es el idioma que mejor sería capaz de aprender en caso de necesidad, después de los que ya habla, escribe y entiende?
  • ¿Cuál cree que es el idioma que más práctico le resultaría aprender en caso de necesidad?
  • ¿Qué características considera imprescindibles en un idioma común europeo?

Lo ideal, bajo mi punto de vista, sería hacer una votación/encuesta de este tipo una vez al año, bien coincidiendo con elecciones europeas o bien coincidiendo con las elecciones municipales o generales de cada país, pero me temo que en principio este tipo de votación sería bianual o quinquenal.

Fuere como fuere la periodicidad de las votaciones, la eliminación de los idiomas menos populares debería ser de uno al año aproximadamente, de manera que en 20 años solo quedarían tres o cuatro idiomas oficiales y un proceso de maduración de la población sobre estos temas importante. Pero lo más importante sin duda, es que los gobiernos y ciudadanos habrán tenido la oportunidad en 20 años de haber ido adaptándose a cambios paulatinos en materia lingüística de una forma muy acertada y consensuada por la mayoría.

¿Es conveniente uno o más idiomas oficiales?


Una vez iniciadas las votaciones, tenemos 20 años para debatir sobre si es conveniente quedarnos con solo una lengua oficial o con más de una, así que adelantar la respuesta no sería una buena decisión.

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